Ayer recibí una llamada desde Italia informándome sobre la
muerte de José Pablo Vázquez Hierro, me quedé impactada y sin palabras, a los pocos minutos de su muerte, cuando las
redes sociales casi no se habían hecho eco de su noticia, el triste desenlace ya había cruzado las
fronteras.
He coincidido algunas veces con José Pablo, fundador de la
plataforma Mesa de la Ría y que más tarde se convirtió en Organización Política
para intentar conseguir y concienciar a todos los Onubenses de la necesidad de
una Huelva limpia, para tener un aire puro y limpio sin olor a azufre, sin
fosfoyesos, para acabar con porcentajes importantes en problemas en el sistema
respiratorio y un alto grado de índice cancerígeno en esta ciudad, problemas que
MATAN. Matan a personas, sin importar nombres, sin mirar edades, sin ver vidas,
y condenan a otras muchas a respirar ayudadas por malditas máquinas.
Contra todo pronóstico y estadísticas consiguió pasar entre
dos grandes piraguas de la política y hacerse un hueco en el Ayuntamiento de
Huelva. Aún recuerdo su campaña política, su pipa en la boca y su sonrisa en la
cara cuando se paseaba por Huelva en un tren turístico y muchos políticos de
otras organizaciones lo miraban como si estuviera loco, BENDITA LOCURA, que
hizo abrir los ojos de tantas y tantas personas que buscaban un futuro mejor
para todos.
A pesar de no coincidir en siglas políticas con él,
reconozco que ha sido responsable de mi preocupación sobre su lucha, y en
cierta medida participe, a todos nos ha ayudado a ser más respetuosos con la
madre tierra, que no es otra que la que nos sustenta cada día, desde aquí y
quizás tarde le doy las gracias por eso.
Se fue con la pena de
saber que no vería cumplido su sueño pero con la valentía de seguir luchando
por ellos hasta el último momento de su vida, consciente de que había abierto
ojos y sacudido conciencias.
Su legado queda en manos de su gente, que en estos momentos
está arropada por todos, sin importar cual sea su color político, porque por
encima de todo se reconoce su valía y su valentía en esta lucha, y por que a
todos nos ha ayudado a ser mejores personas.
Mueren los hombres pero no los ideales.
Descansa en paz.